Motivación y cambios de comportamientos a través de la gamificación

¿Qué es lo que más te gustaba hacer cuando eras niño/a? Muchos de nosotros y nosotras disfrutábamos jugando, siempre nos apetecía y nos costaba dejar de hacerlo, jugábamos sin que nadie nos lo tuviera que pedir. Los juegos suponían una diversión y también una motivación.

Bajo esta premisa, aplicando los principales elementos que caracterizan los juegos en el proceso de aprendizaje podríamos aumentar la motivación de los educandos y conseguir una activación emocional que facilite y mejore el aprendizaje.

La gamificación y el aprendizaje basado en juegos son diferentes metodologías que parten de esa condición y promueven el aprendizaje de un modo muy motivador. El primer caso sólo incluye determinadas mecánicas de los juegos mientras que en el aprendizaje basado en el juego se adapta o crea un juego para usarlo en un proceso de aprendizaje. Entre las definiciones de gamificación encontramos la de Ramírez Cogollor que la define como “la aplicación de estrategias de juegos en contextos que no son juegos, con el fin de que las personas adopten ciertos comportamientos”.

Un ejemplo de modificación del comportamiento lo encontramos en la iniciativa Piano Staircase del grupo Volkswagen que quiso que los usuarios de metro utilizasen menos las escaleras mecánicas. Para ello transformaron las escaleras del metro en un piano donde cada escalón era una nota diferente. Lograron que un 66% más de personas subiesen por las escaleras en lugar de utilizar las mecánicas.

La puesta en práctica de estas metodologías en la educación ambiental nos permite motivar la acción, involucrar a la ciudadanía y conseguir que sea más participativa.