La comunicación es hablar y que te escuchen. Pero no únicamente eso, igual que vivir no es sinónimo de respirar, comunicar no es solo lanzar tu mensaje y ser escuchado. Comunicar es mucho más, es sentir que las personas interactúan contigo, sentir que con tu mensaje alguien ha aprendido algo nuevo, se ha reído, ha llorado, se ha emocionado. Y si hablamos de la comunicación ambiental, damos un paso de gigante al poder ser los transmisores de mensajes potentes que van a redundar en unos mejores comportamientos ciudadanos, unas actitudes más sostenibles e incluso ser mejor persona a través de acciones diarias en pro de la preservación del medio ambiente.
Porque el medio ambiente no es algo abstracto, no es algo genérico que no se puede palpar. Es nuestro entorno, el que se quema si no se limpia de hojas secas, el que está sucio si se tiran papeles y colillas por el suelo, el que se colapsa porque tiramos las toallitas por el retrete, el que se satura porque utilizamos ropa barata procedente de destinos poco responsables y acabamos tirando al contenedor porque pasa rápido de moda.
Que una calle no esté limpia no será únicamente porque los servicios de limpieza no sean exhaustivos. Si una calle está sucia será porque alguien la ha ensuciado, ha tirado residuos al suelo o ha dejado de limpiar los excrementos de sus mascotas. Y esa persona eres tú y soy yo.
Con ello estoy poniendo el foco en la responsabilidad de cada uno incluso antes de ser consciente de ello. En nuestra responsabilidad como personas, en la importancia de nuestros actos. Si decides hacer una compra responsable para evitar el desperdicio alimentario, si prefieres comprar las mandarinas a tu vecino que sabes que las trae de su huerta, si decides ir en transporte público o caminando a trabajar. Estas acciones individuales no son nada por sí solas, pero muchos pocos al final hacen un mucho gigante.
Solo así somos capaces de prevenir todo lo que no nos gusta, solo si pensamos que somos algo más que personas individuales podremos llegar a hacer algo colectivo precioso. Y nos gusta poner el foco en las personas. Porque igual que no nacemos hablando, lo importante es aprender mientras vamos creciendo. Porque hay una fórmula que nos lo enseña y nos hace actuar de un modo más responsable con el planeta. Y esa es la comunicación ambiental, la que nos da las pautas para conseguirlo y la que nos hace reflexionar y ser críticos con nosotros mismos para avanzar y crecer como personas y como sociedad. Que nadie te diga lo contrario.